Albert Cho es vicepresidente del Departamento de Desarrollo estratégico y empresarial en Xylem y tiene el firme compromiso de mejorar la gestión de los recursos hídricos. Recientemente, Cho ha sido invitado a formar parte del prestigioso programa First Movers del Instituto de Aspen, mediante el que tiene previsto fomentar la labor de Xylem en el ámbito de la resiliencia del agua.
¿Qué significa formar parte del programa First Movers 2014 del Instituto Aspen?
El Instituto Aspen es una influyente institución sin ánimo de lucro que fomenta el liderazgo basado en valores en todo el mundo. First Movers, uno de sus programas de liderazgo, se centra en el desarrollo de líderes empresariales, con el objetivo de avanzar hacia una sociedad global sostenible. Como miembro de First Movers, estoy deseando fomentar la gran labor que desarrolla el personal de Xylem en el tema de la resiliencia de las ciudades frente a los riesgos relacionados con el agua.
Recientemente ha escrito una editorial para The Guardian. ¿Sobre qué trataba?
Mi artículo trataba acerca del “contrato social” entre comunidades y corporaciones sobre el consumo industrial de agua. “Contrato social” es un término que se utiliza para describir el modo en que las comunidades crean normas de autogobierno, incluidas las instituciones de gestión de recursos compartidos como, por ejemplo, el agua. De cara al futuro, estoy convencido de que las empresas más exitosas promoverán activamente la gestión sostenible y responsable del agua.
¿Por qué existe el conflicto en torno al agua?
Las potentes tendencias globales están alterando los patrones de oferta y demanda de agua establecidos, lo que está obligando a las comunidades a reconsiderar la forma en la que se asigna el agua. Puesto que la amenaza del cambio climático sigue creciendo, es necesario que evaluemos nuevamente la oferta y la demanda de agua para garantizar que está disponible en cantidad suficiente para sostener el crecimiento. Si tenemos en cuenta que la actividad industrial consume el 20 por ciento del agua mundial –para fabricar un par de pantalones vaqueros hacen falta unos 4.000 litros de agua y para fabricar un automóvil unos 182.000–, resulta fácil entender por qué está aumentando la presión sobre las corporaciones.
¿Qué pueden hacer las empresas?
Las empresas deberían garantizar que los miembros directivos responsables de las operaciones y la sostenibilidad buscan de forma activa mejorar la productividad del agua y la gestión de las aguas residuales. Básicamente, invertir en reciclar el agua, en mejorar la eficiencia de su uso o en proteger los ecosistemas locales, beneficia a la empresa, además de a la comunidad. Es más, las empresas con una gran necesidad de consumo de agua pueden hacer una devolución mejorando el acceso local a agua depurada y saneamiento.
¿Podría darnos algún buen ejemplo de ello?
En 2005, se acusó a Coca-Cola de agravar el problema de la escasez de agua debido a que consumía una gran cantidad en zonas de la India que suelen sufrir sequías. La empresa respondió con una campaña mundial para mejorar la gestión del agua, en asociación con organizaciones como World Wildlife Fund, USAID, The Nature Conservancy, CARE y UNDP. Además, también lanzó proyectos para mejorar el acceso al agua y al saneamiento, así como para crear concienciación sobre los asuntos relacionados con el agua en la India.
Otro ejemplo de ello son las fábricas de Unilever en la India y en Turquía, esta última en marcha desde 2013. Cuando están operando a pleno rendimiento, cada una de ellas tiene el objetivo de consumir exactamente la mitad del agua que consumían fábricas similares hace cinco años.
Y, por supuesto, mi ejemplo favorito es Xylem. Nuestro equipo lleva a cabo un trabajo estupendo con Watermark dirigido a desarrollar el suministro de agua potable en comunidades desfavorecidas y a contribuir en la recuperación de desastres. Mediante el programa The Essence of Life, estamos construyendo tecnologías innovadoras para ayudar a los pequeños agricultores a mejorar sus propios medios de subsistencia mediante irrigación. Todo ello forma parte de lo que hace que Xylem sea un lugar de trabajo tan inspirador, además de un socio respetado en comunidades de todo el mundo.