Regreso a la mina

Regreso a la mina

La mina sueca de Dannemora se cerró en 1992, ya que el precio del hierro hacía inviable su man­ tenimiento. Ahora el mercado está en auge, y Dannemora mineral Ab intenta conseguir que la mina seca vuelva a ponerse en funcionamiento.

Foto Mikael Ullén

DANNEMORA SE PARECE mucho a cual­ quier otra pequeña ciudad sueca, donde la minería fue muy importante en otro tiempo. Junto al pozo abierto, explotado durante si­ glos, una torre de eje se eleva sobre edificios históricos y antiguas infraestructuras mine­ ras. La mina se cerró en 1992 porque el mer­ cado del hierro era demasiado bajo. Hoy en día, al conducir por la ciudad, se tiene la sen­ sación de estar atravesando un museo al aire libre en lugar de un pueblo minero activo.

Pero al salir del coche verá las cosas que realmente suceden en Dannemora. En el de­ pósito de mineral, camiones volquete se des­ cargan para el posterior tratamiento del mis­ mo. Como la última prueba de un total de seis, parte del mineral se enviará a las fábri­ cas de acero europeas para su evaluación. Esta reactivación es el resultado de un auge del mercado del mineral de hierro y los esfuerzos empresariales de Dannemora Mineral AB para retomar el negocio de la minería. Con los permisos oficiales necesarios ya en mano, la respuesta a las pruebas será crucial.

“Con los contratos de entrega firmados, podemos dirigirnos al banco para obtener financiación continua”, dice Kjell Klipp­mark, director general de Dannemora Magnetit, la filial encargada de la extracción actual. “Todas las tareas están hechas”, indi­ca. “Ahora sólo quedan los clientes”

Si bien las entregas de pruebas se han rea­ lizado con un equipo provisional, un funcio­ namiento continuado requerirá soluciones más permanentes. Klippmark ha ejercido diferentes cargos durante tres décadas en la mina LKAB al norte de Suecia, por lo que está familiarizado con los desafíos técnicos. El truco, afirma, está en priorizar y coordi­nar las actividades relacionadas con la rea­ pertura de la mina.

“Los trabajos de construcción actual in­ cluyen cinco subproyectos”, explica Klipp­mark. Éstos incluyen una planta de procesa­ miento, una rampa de acceso subterráneo, un ascensor, ventilación en la mina y, no me­ nos importante, la infraestructura. Esto últi­mo incluye la actualización de un ferrocarril y un puerto marítimo en el Báltico, así como la construcción de una fuente de alimenta­ ción y un sistema de drenaje en la mina. El drenaje, sin embargo, requiere un inusual primer paso: deshacerse del agua en el eje principal y derivaciones que se ha acumula­ do a un ritmo de 10 metros anuales desde el cierre de la mina, en 1992.

La parte inferior del eje principal es de 620 metros bajo tierra. El agua había alcan­ zado los 323 metros cuando la licitación se emitió en 2007. Veinte y tres metros más arriba, a 300 metros de nivel, había una gale­ría donde se podía instalar una bomba pro­ visional que simplificaría toda la operación. Pero a medida que la planificación conti­ nuaba, el agua seguía subiendo. La tarea fue asignada en 2008 a un consorcio formado por Xylem y Bergteamet, una compañía especialista en sistemas subterráneos.

“Fue un reto cumplir con el calendario programado, ya que estábamos montando a 300 metros de nivel y el agua seguía subien­ do”, dice Björn Lindström, de Bergteamet, director del proyecto para la instalación sub­ terránea del montaje de la bomba diseñada y entregada por Xylem.

A juzgar por su tranquila apariencia, Lindström no parece que se ponga nervioso fácilmente. Pero con un terreno repleto de lodo, sin energía eléctrica y el agua brotan­ do en las paredes del pozo, había algunas co­ sas que debían tratarse para poder colocar el equipo en su lugar. Hasta que no se instaló una grúa, las visitas a 300 metros se realiza­ban con escaleras.

En mayo de 2009, con un nivel de agua de 311 metros, las bombas estaban finalmen­ te colocadas y empezaron a funcionar. En fe­brero de 2010, el nivel había alcanzado los 465 metros necesarios para la primera fase de la reactivación de la mina de Dannemo­ra, y se vaciaron 3 millones de metros cúbi­ cos de agua. Si todo va según lo previsto, in­ cluyendo la entrega de las pruebas de hierro, la mina estará completamente drenada y en funcionamiento con un sistema de achique permanente de Xylem en 2012.

por Åke R. Malm