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La crisis inminente por la escasez del agua

La crisis inminente por la escasez del agua

La Tierra, a través de los ojos de un astronauta, se ve como un planeta azul con el 70% de su superficie cubierta por agua. Sin embargo, a principios de este año, el Foro Económico Mundial (FEM) clasificó la escasez de agua como el segundo mayor riesgo al que hará frente el mundo en los años por venir. Si la población mundial crece y la cantidad de agua sigue siendo la misma, ¿habrá suficiente agua para todos? 

El agua parece ser abundante, pero las apariencias engañan. El agua dulce, que es la que tomamos, con la que nos bañamos y regamos nuestros campos, ha sido descrita como “increíblemente rara” por el World Wildlife Fund (Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF). El WWF sostiene que solo el 3% del agua del mundo “es dulce, y dos tercios de esta se encuentra dentro de glaciales congelados o, por la razón que sea, no está disponible para ser usada por nosotros”. 

Esto significa que menos del 1% del total del agua del mundo puede ser usada directamente por los seres humanos. La demanda de este pequeño porcentaje de agua es cada vez mayor, y casi 780 millones de personas en el mundo no tienen acceso a agua limpia. En efecto, en una conferencia de Goldman Sachs celebrada en 2008 sobre los “Cinco Riesgos Principales” se identificó la escasez mundial catastrófica de agua como un riesgo mundial mayor que el incremento en el precio de los alimentos y el agotamiento de las reservas energéticas durante el siglo XXI

Estrés hídrico y escasez del agua 

Puede haber diversas razones para el estrés hídrico o la escasez de agua, como la falta física de agua en una determinada región, infraestructura insuficiente para el acceso al agua disponible, o un uso no sostenible. De acuerdo con la ONU, aproximadamente 1.200 millones de personas viven en zonas con escasez física de agua, mientras que otras 1.600 millones hacen frente a escasez económica de agua debido a que sus países carecen de la infraestructura necesaria para extraer agua de sus ríos y acuíferos. 

La escasez del agua se define típicamente como una situación en la que no es posible atender la demanda de agua de todos los usuarios de una red. Se afirma que una región está experimentando estrés hídrico cuando los suministros anuales de agua caen por debajo de 1.700 m3 por persona, y que experimenta escasez de agua cuando estos caen por debajo de 1.000 m3 por persona. La ONU pronostica que para 2025 dos tercios de la población mundial podría vivir en condiciones de estrés hídrico. 

Uso no sostenible 

El uso libre del agua ha aumentado hasta un nivel que supera dos veces la tasa de crecimiento de la población mundial del siglo XX. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) afirma que “las presiones demográficas, la tasa de desarrollo económico, la urbanización y la contaminación están ejerciendo, en forma conjunta, una presión sin precedentes en un recurso que, aunque es renovable, es finito, especialmente en las regiones semiáridas y áridas”. 

En Europa, por citar un ejemplo, el 60% de las ciudades con más de 100.000 habitantes están utilizando el agua subterránea a un ritmo más rápido que la que esta puede ser reabastecida. A nivel mundial, más de 1.400 millones de personas viven en cuencas hidrográficas donde el uso del agua excede los niveles mínimos de recarga, agotando de esta manera el agua subterránea y los ríos. 

La FAO señala que la agricultura es el sector donde la escasez de agua tiene mayor relevancia. En la actualidad, la agricultura da cuenta del 70% del agua dulce que se usa a nivel mundial, aunque en un país como Tanzania, aproximadamente el 80% del agua que se utiliza para irrigación se desperdicia. 

Mayor competencia y conflicto 

“Nuestras experiencias nos indican que el estrés ambiental, debido a la falta de agua, podría dar lugar a conflictos y sería mayor en los países pobres”, advirtió Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas. 

“El crecimiento de la población hará que el problema empeore. Y el cambio climático también tendrá el mismo efecto. Mientras más crezca la economía mundial, mayor será la sed que se experimentará. Se vislumbran muchos más conflictos en el horizonte”, indicó a los participantes en el Foro Económico Mundial en Davos a fines de enero de 2013. 

El Secretario General citó un informe reciente de International Alert en el que se identifica a 46 países, en los que viven 2.700 millones de personas, donde el cambio climático y las crisis relacionadas con el agua crean un alto riesgo de conflictos violentos. De acuerdo con el estudio, otros 56 países, en los que viven otros 1.200 millones de personas, se encuentran en alto riesgo de inestabilidad política. 

“Este no es un problema de ricos o pobres, de norte o sur”, afirmó, señalando ejemplos de problemas hídricos en China, Estados Unidos, España, India, Pakistán, Bangladesh y la República de Corea. “Todas las regiones están experimentando el problema”. 

El Secretario General enfatizó que es necesario proteger los recursos hídricos. “Aún contamos con suficiente agua para todos nosotros, pero sólo por tanto tiempo como la mantengamos limpia, la utilicemos en forma más sensata y la compartamos en forma equitativa”, afirmó. 

¿Qué puede hacerse? 

El Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo del año pasado señala que “en todo el mundo están surgiendo iniciativas que abordan la necesidad de contar con planificación, tecnologías, inversiones y operaciones asociadas en relación con el agua urbana que sean mejores y más completas”. 

Un ejemplo de estas iniciativas es la reutilización del agua, a través de la cual se conservan los suministros limitados de agua potable mediante el tratamiento del efluente de aguas residuales para irrigación y en procesos industriales (véase la nueva infografía del Banco Mundial sobre la reutilización del agua). También es cada vez mayor la sensibilización en torno a la importancia de la “hidrodiplomacia” para evitar conflictos relacionados con el agua en regiones como Oriente Medio y África del Norte. Con el cambio climático y las sequías, muchas grandes compañías – como PepsiCo y MillerCoors – también están dándose cuenta de cómo la escasez y el desperdicio del agua afectan a sus resultados netos y están poniendo en práctica medidas de eficiencia. 

Tal como señala las Naciones Unidas en su informe, los usuarios del agua en todos los niveles de la sociedad tienen que actuar con mayor responsabilidad para garantizar que los recursos de agua dulce del mundo satisfagan las necesidades de todos.

por David Noble