Hasta hace poco, la red de molinos, considerada Patrimonio de la Humanidad, del pueblo holandés de Kinderdijk, solo contaba con un sistema obsoleto de alcantarillado con tanques sépticos, el cual dejaba abierta la posibilidad de filtraciones hacia el agua superficial. Durante cientos de años, este pueblo, en el que aún podemos observar molinos de viento, represas y haciendas antiguas del Siglo XVIII, ha protegido de las inundaciones a los alrededores. Ahora, un nuevo sistema de alcantarillado a presión de Flygt, una marca de Xylem, ha reducido el impacto ambiental e incrementado la seguridad.
Desde que la UNESCO incluyó la red de molinos de Kinderdijk en la Lista de Patrimonio de la Humanidad en el año 1997, este pueblo se ha convertido en una atracción turística importante, y recibe entre 175.000 y 225.000 turistas al año. Sus molinos de viento, estaciones de bombeo, reservorios y canales de agua se construyeron hace siglos para proteger las tierras, situadas debajo del nivel del mar, de las inundaciones. Aunque las estaciones de bombeo modernas han reemplazado el trabajo de los molinos, la red no se ha conectado al sistema de alcantarillado principal del pueblo de Kinderdijk, debido a las dificultades técnicas que ello implica.
En el año 2008, la Autoridad del Agua para el área de Rivierenland (Waterschap Rivierenland) y la Asociación de Patrimonio de la Humanidad de Kinderdijk (Stichting Werelderfgoed Kinderdijk) adjudicaron un contrato a la consultora de ingeniería civil ADCIM para gestionar un proyecto mediante el cual se conectará la red de molinos de viento al sistema de alcantarillado principal del pueblo.
Dirk Burggraaf, gerente de proyectos/asesor de ADCIM en materia de agua, afirma que Xylem era el socio más evidente para hacerse cargo de este proyecto, debido a que ambas empresas habían trabajado juntas en el pasado y “siempre funcionaron realmente bien”. Burggraaf señaló que la empresa también era una buena elección debido a que Xylem ya tenía a su cargo las estaciones de microbombeo en la municipalidad vecina de Nieuw-Lekkerland. “Fue una combinación realmente buena”, afirma.
Una nueva solución para el alcantarillado
El sistema de alcantarillado antiguo comprendía tanques sépticos que se vaciaban en forma intermitente por medio de un camión cisterna. Si los tanques se llenaban antes de concluir esta operación, las aguas residuales terminaban directamente en el agua superficial. Kinderdijk fue una de los últimos lugares de Holanda en adoptar este sistema. “La legislación ambiental ya no lo permite”, afirma Alexander Vis, jefe del equipo de Alcantarillados a Presión de Xylem, en Holanda. “Actualmente ya nadie quiere este tipo de sistemas”.
Con reglamentos ambientales más estrictos que demandan un mejor transporte de aguas residuales, los sistemas de alcantarillado a presión han demostrado ser un método seguro, flexible y confiable para transportar las aguas residuales en forma económica. Un sistema de alcantarillado a presión (PSS, por sus siglas en inglés) consiste en un tanque colector, una bomba y las tuberías que se necesitan para trasportar las aguas residuales hasta la línea principal de alcantarillado. El pasado agosto, Xylem comenzó a instalar en Kinderdijk una red completa de alcantarillado a presión que incluía seis estaciones de microbombeo Flygt con ocho bombas trituradoras Flygt MP3068.
Los sistemas de alcantarillado a presión son ideales cuando las condiciones topográficas son difíciles; por ejemplo, en las zonas montañosas o rocosas, y cuando se debe lidiar con napas freáticas elevadas y terrenos muy planos, como es el caso de Kinderdijk. Un sistema de alcantarillado a presión suministra un método eficaz para el transporte de aguas residuales a una profundidad mínima y constituye una alternativa económica inteligente para alimentar por gravedad a los sistemas de alcantarillado, debido a sus menores costos de instalación y mantenimiento.
“Fue un proyecto poco común para el contratista”, afirma Vis, “debido a que existían muchos reglamentos que debían tomarse en cuenta”. Por ejemplo, entre los meses de noviembre y abril, debido a los elevados niveles de agua, debían suspenderse las perforaciones y excavaciones, ya que éstas podían causar la aparición de puntos débiles. Además, si las perforaciones se efectuaban en un lugar equivocado, la represa podía colapsar.
También existían requisitos ambientales rigurosos debido a que Kinderdijk es un pueblo considerado como Patrimonio de la Humanidad y se ubica en una zona de la Red Natura 2000, es decir, un área designada por la Unión Europea como zona de conservación de la naturaleza. “Las tuberías debían tenderse con sumo cuidado alrededor de los cimientos de madera de los molinos, que tienen cientos de años”, afirma Burggraaf. “Además, para no perturbar a las aves acuáticas, el trabajo debía llevarse a cabo fuera de la temporada de apareamiento y el período de hibernación”.
Sistema de monitoreo de bombas
El nuevo sistema también ha reducido el riesgo de inundación y evita que las aguas residuales lleguen al agua superficial, explica Alexander Vis. Toda el área está equipada con telemetría: si una bomba presenta algún desperfecto, se envía un mensaje directamente a la computadora central de la municipalidad. “Anteriormente, era necesario contar con una persona que patrullara toda la zona, en bicicleta. Era común que las advertencias llegaran demasiado tarde”.
Xylem suministró un sistema de gestión de bombas y comunicación que permite monitorear con precisión toda la instalación. Cada estación de bombeo está equipada con una computadora para estaciones de bombeo FGC-313 y un módulo de comunicación LON. El módulo de comunicación asegura que los datos de la estación de bombeo se recopilen en una computadora para estaciones de bombeo APX711, la cual, a su vez, puede enviar todos los datos a la estación de control Aquaview (sistema SCADA).
Actualmente, doce zonas del pueblo de Kinderdijk, así como los baños para turistas, se han conectado al sistema de alcantarillado principal. Los molinos de viento propiamente dichos se conectarán posteriormente, después de efectuar una serie de ajustes. Las aguas residuales del pueblo ahora se trasportan de una manera segura hacia una planta de tratamiento de aguas situada en el pueblo cercano de Alblasserdam.