Un futuro construido con nanotubos
Perry Alagappan ha sentido curiosidad por la ciencia desde muy pequeño; y, como muchos otros niños, primero se interesó por los dinosaurios. En Texas, de niño, visitó muchas veces el Museo de Ciencias Naturales de Houston. Hoy en día, con 17 años, su interés se ha desplazado de los dinosaurios hacia los nanotubos de carbono y la investigación. Fruto de ello, ha ganado el Premio de Estocolmo del Agua, en la modalidad junior.
Alagappan nos lo explica así: “Cuando iba al museo, al principio solo me fijaba en los dinosaurios, pero poco a poco fui deteniéndome en todas las vitrinas. Lo que me atrajo fue la posibilidad de explorar lo desconocido, la idea de que la ciencia nos permite experimentar y descubrir soluciones que no se nos han ocurrido antes”.
Si se tiene en cuenta que su madre y su padre son ingenieros, quizás no resulta tan sorprendente que Alagappan comenzase a investigar los nanotubos de carbono cuando estaba en noveno grado.
“Los nanotubos de carbono son tubos increíblemente pequeños que están hechos de carbono. Tienen propiedades únicas y a escala nanométrica son tan fuertes como el acero. Sus usos son muy diversos y abarcan desde la ingeniería de tejidos hasta la ingeniería mecánica. Su futuro es muy prometedor”, nos aclara Alagappan.
Eliminación de los metales pesados mediante nanotubos de carbono
La idea para el proyecto de esta investigación ganadora del premio le surgió cuando estaba haciendo un viaje por la India.
Alagappan nos narra cómo fue: “En aquel momento estaba en la India intentando encontrar fuentes de inspiración para un proyecto sobre depuración del agua. Fue allí cuando vi por primera vez los retos que plantea. Fui consciente de lo difícil que resulta eliminar del agua todas las partículas contaminantes. Aunque es posible que en los países desarrollados no nos demos cuenta porque solo necesitamos abrir el grifo para conseguirla, el suministro de agua depurada es una tarea complicada y se convertirá en un problema mayor dentro de 10 o 20 años. Después de ese viaje, comencé a pensar que los nanotubos de carbono podían formar parte de la solución”.
Alagappan pasó dos años investigando y dando forma a su solución en el laboratorio del profesor Andrew R. Barron, en la Universidad Rice. “La colaboración de los miembros del laboratorio de Barron fue muy útil gracias a sus orientaciones y a su feedback durante todo el proyecto. El desarrollo del filtro no habría sido posible sin ellos”, explica.
Después de la fase de investigación y de experimentación, Alagappan fue capaz de desarrollar un filtro renovable que elimina los metales pesados tóxicos del agua mediante nanotubos de carbono.
“Actualmente hay muchas tecnologías que eliminan los metales pesados del agua, pero el problema es que, al desechar los filtros, los metales pesados vuelven al medioambiente. Con el filtro renovable, en cambio, se puede extraer el metal, reutilizarlo en aplicaciones electrónicas y seguir usando el filtro”, explica.
El filtro de Alagappan puede eliminar el 99 por ciento de la contaminación por metales pesados tanto del agua potable como del agua residual procedente de la industria.
Ganador del Premio de Estocolmo del Agua, en la modalidad junior
En agosto, el proyecto de Alagappan fue galardonado con el Premio de Estocolmo del Agua, en la modalidad junior. En la final, compitió con proyectos de todo el mundo.
“Ganar ha sido fantástico y la relación con todas las personas ha sido estupenda. Me alegro de haber podido conocer a científicos de otros países, que están llevando a cabo proyectos asombrosos”, afirma.
Tras ganar el premio, Alagappan, junto con los finalistas, visitó las oficinas de Xylem, patrocinadora del premio desde sus inicios.
Foto: Patrick Decker, presidente y CEO de Xylem, con Perry Alagappan
“Pudimos observar la tecnología de las bombas y los sistemas de filtrado. Fue muy interesante conocer el innovador enfoque de Xylem para la resolución de estos grandes problemas. Me causaron muy buena impresión el programa Xylem Watermark y la forma en la que la empresa hace devoluciones a la comunidad”, manifiesta al respecto.
Standford y más allá
Alagappan acaba de empezar sus estudios de ingeniería en la Universidad Stanford. Además, actualmente trabaja también en un artículo de la investigación.
“Me gustaría compartir mi solución en forma de tecnología de código abierto, para que otras personas puedan conocerla mejor y desarrollarla. Haber trabajado en algo que puede ayudar a tanta gente y que es capaz de generar un impacto tan grande me ha aportado mucha fuerza y confianza”, concluye.