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Prueba piloto

Prueba piloto

Un centro de investigación único en Suecia estudia nuevas ideas para el tratamiento de aguas residuales y ver si realmente pueden funcionar en la práctica.

Foto Mikael Ullén

NORMALMENTE, las plantas de tratamiento de aguas residuales no son conocidas por sus amplias vistas de la ciudad, pero Sjöstadsverket ocupa un lugar privilegiado. Situada en una colina con vistas a Estocolmo (Suecia), esta planta posee una ubicación espectacular. Sin embargo, no sólo eso la hace exclusiva. Para empezar, está dedicada especialmente a la investigación, e incluso el agua que limpia con éxito se envía a otra instalación cercana para ser tratada.

Sjöstadsverket se construyó como parte de la candidatura de la ciudad a los Juegos Olímpicos del 2004, como un estación piloto de pruebas para el tratamiento de tecnologías innovadoras. Consta de tres plantas diferen- tes, y el centro cuenta con un acceso directo a dos clases diferentes de agua residual para realizar las pruebas: aguas residuales municipales estándar (que incluye aguas pluviales) y un caudal de efluentes más moderno desde Hammarby Sjöstad, un nuevo barrio cercano que se construyó siguiendo las más estrictas normativas ambientales.

Lars Bengtsson, el hombre que dirige Sjöstadsverket, está dispuesto a poner de relieve el potencial de la instalación. “Hay una gran cantidad de embriones en los libros blancos esperando ser probados”, indica, refiriéndose a los documentos académicos que consigue del Real Instituto Sueco de Tecnología (KTH). “Hay un montón de buenas ideas, pero si no se prueban, no se llega a ninguna parte”.

En Sjöstadsverket se prueban esas ideas a nivel piloto – para la mayoría, un paso de desarrollo prohibitivamente caro-en sus plantas de tratamiento. La primera línea de instalación se diseñó como una planta convencional sueca – una combinación de tratamiento biológico y filtración de arena- que sirve de referencia para las otras dos líneas.

Las pruebas de la segunda línea de tratamiento aeróbico constan de un biorreactor de membrana y ósmosis inversa, mientras que la tercera línea está equipada para el tratamiento anaeróbico (manto de lodos anaeróbicos de flujo ascendente) y la reducción biológica de nitrógeno. Estas tecnologías pueden utilizarse por separado o combinadas. Recientemente, se ha añadido una cuarta línea temporal para controlar los cambios de temperatura en un sistema similar a la primera línea de la instalación. Después de completar la prueba, este equipo se enviará a Oskarshamn (Suecia).

ACTUALMENTE, se están estudiando algunas de las ideas para eliminar los productos farmacéuticos del agua residual a través de diferentes procesos y producir, de manera más eficaz, biogás mediante la utilización de las sustancias orgánicas presentes en el agua entrante. La estudiante de doctorado en KTH, Jingjing Yang, está trabajando en un proyecto enfocado a la tecnología anammox para la reducción de nitrógeno. “Estamos utilizando bacterias descubiertas recientemente -explica- para crear vías de acceso directo en el ciclo tradicional del nitrógeno.” Bengtsson señala su facilidad y capacidad única para pasar de una idea a ejecutarla como experimento en un solo día. “Por supuesto, no todas las pruebas alcanzan sus metas”, reconoce, “pero siempre aprendemos algo de cada prueba. Hoy podemos combinar estas lecciones en un proceso altamente eficaz”.

Otra característica notable de Sjöstadsverket es su objetivo de difundir la información. “No hay otra planta de tratamiento que investigue a esta escala y esté abierta al público”, comenta Bengtsson. “Probablemente se lleven a cabo compromisos similares, pero de puertas para adentro”. Mientras se reciba apoyo de empresas como Xylem, se facilita la publicación de sus resultados. El presidente de la junta de investigación de Sjöstadsverket, Ulf Arbeus, es director de desarrollo de producto de Xylem. “En cierto modo, nosotros (en Xylem) vemos esto como una ampliación de las instalaciones de nuestro laboratorio, y queremos formar parte de la comunidad investigadora. Alentamos la apertura y la colaboración en aras del bien común”.

Sjöstadsverket también recibe un flujo constante de visitantes de todo el mundo. De hecho, cada vez más personas vienen a ver las tecnologías en acción. En el año 2010 acudieron1.000 visitantes, tres veces más que el año anterior. Según Bengtsson, “los clientes quieren ver la tecnología por sí mismos, para asegurarse de que el tamaño y la ingeniería funcionarán en sus propios sistemas”.

Por supuesto, con tanta investigación para clasificar y con tantos visitantes, Bengtsson y su equipo han desarrollado un catálogo con las tendencias de investigación en tratamiento de aguas residuales. “En primer lugar, las preguntas fueron sobre qué grado de pureza puede alcanzar el agua”, comenta, “y luego hubo un gran interés en la recuperación de biogás. Últimamente, hemos trabajado mucho en la reutilización del agua y la eficiencia energética”.

Al preguntárle lo que Sjöstadsverket significaba para él, responde: “Si eres como yo y estas interesado en la investigación de estos procesos, no hay mejor lugar en el mundo. Hay muchas técnicas diferentes en un mismo sitio, y posibles de combinar. Es un lugar fantástico”.

by Linas Alsenas