Satisfacer la creciente demanda de agua dulce requiere que cada gota cuente
El aumento de la población humana, la industrialización y la expansión de la agricultura ejercen presión sobre los recursos de agua dulce. Las poblaciones se han expandido hacia zonas con estrés hídrico, mientras que incluso las regiones ricas en agua ven cómo la demanda de recursos hídricos aumenta hasta el punto de agotarse.
La administración responsable del agua requiere que todos los usuarios del agua logren que cada gota cuente. Las industrias buscan maneras de utilizar el agua varias veces antes de la descarga, para reducir su consumo de agua a un mínimo. Los municipios, en particular en las zonas donde el agua es escasa, también tratan de procesar el agua para reutilizarla, principalmente para usos no potables, como el riego y la agricultura, que no requieren los niveles de tratamiento para la potabilización. Algunas zonas incluso exploran la posibilidad de la reutilización potable directa al detectar que las aguas residuales tratadas para los niveles de descarga son a menudo más puras que el agua que se recibe y necesitan menos tratamiento que el agua no tratada extraída aguas abajo.
La reutilización tiene mucho sentido. Reduce la demanda de recursos hídricos adicionales y a menudo es más rentable que tratar un recurso de agua no tratada. Después de tratar un flujo de aguas residuales para el nivel de descarga, puede necesitarse una cantidad mucho menor de energía y tratamiento adicional para dejarlo en un nivel apto para la reutilización que para tratar un flujo de agua no tratada. Esto hace que la reutilización no solo sea ecológicamente responsable, sino también rentable. La reutilización reduce las emisiones de carbono, así como el consumo de agua.
Mientras que los requisitos exactos del tratamiento para la reutilización dependen del flujo de aguas residuales y del propósito de la reutilización, para que sea rentable, el tratamiento debe ser energéticamente eficiente y presentar un alto rendimiento del agua. Por lo general, la reutilización requiere tratamientos avanzados como el filtrado por membrana o la ósmosis inversa, combinados con la desinfección o la oxidación avanzada.
