La disminución de los recursos hídricos y el crecimiento de las poblaciones están forzando a ciudades de todo el mundo a buscar la manera de mejorar el suministro de agua y a educar a los consumidores en el uso y reutilización de la misma.
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LA ESCASEZ DE AGUA es o será muy pronto un gran problema en todo el mundo, debido al incremento de las áreas urbanas. Un informe de 2007 del Programa Medioambiental de las Naciones Unidas (UNEP) predice que, para el año 2025, la escasez de agua dulce se habrá incrementado un 50% en países desarrollados y un 18% en países en desarrollo. Ya el 60% de las ciudades europeas con más de 100.000 habitantes utilizan las aguas subterráneas a un ritmo mayor del que pueden ser repuestas, según las cifras del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible.
“Una solución bastante novedosa es el re ciclaje del agua usada, pero todavía está en una fase muy temprana”, comenta PerArne Malmqvist, profesor del Instituto del Agua de Estocolmo (SIWI).
Básicamente, esto significa recuperar el contenido de agua de las aguas residua les, tratándola hasta que esté limpia de nue vo. Sin embargo, la aceptación pública de la reutilización del agua no se puede dar por sentada. “Existen connotaciones negativas para palabras como “alcantarillado” o “aguas residuales”, comenta Malmqvist. “Aquellos que han trabajado en el tratamiento de aguas residuales han utilizado terminologías dife rentes”. Este es el caso de Singapur, por ejemplo, donde la fuente se llama “agua utilizada” y el agua tratada “NEWater” (ver página 8). Sin embargo, en el sur de California, don de hay problemas de agua, el Condado de Orange buscó otro enfoque a la hora de ha blar con sus 2,4 millones de residentes sobre el Sistema de Reabastecimiento de Aguas Subterráneas (GWRS). El GWRS es un pro yecto de suministro de agua dulce basado en la purificación de las aguas residuales, inicia do en los noventa como un esfuerzo conjun to entre los distritos del agua local y el sanita rio, OCWD (Distrito del Agua del Condado de Orange) y OCSD (Distrito de Sanidad del Condado de Orange).
“Fuimos muy proactivos repitiendo la palabra ‘alcantarilla’ para que la gente enten diese realmente cuál era la fuente del agua”, comenta Eleanor Torres, directora de relaciones públicas de OCWD.
TORRES APUNTA que fue una lección apren dida de proyectos anteriores en otras partes de California, archivados debido a reacciones públicas tales como “no nos dijeron que eran aguas residuales.” Esto no le iba a suceder a la GWRS.
“Salimos con grandes ánimos a hablar con todo aquel que nos escuchara, para ganar su apoyo y confianza”, afirma Torres.
El GWRS (Sistema de Reabastecimiento de Aguas Subterráneas) purifica las aguas residuales mediante la microfiltración, ósmo sis inversa y desinfección ultravioleta con pe róxido de hidrógeno. Cerca de la mitad de los 70 millones de galones (260.000 metros cúbicos) del agua purificada a diario, se in troduce en una barrera de agua de mar bajo tierra, diseñada para proteger las aguas sub terráneas de la intrusión de agua salada. La otra mitad se bombea a tanques de distribu ción, donde recorren el mismo camino que el agua de lluvia hacia las cuencas de aguas subterráneas. El sistema se puso en marcha en 2008 y, según Torres, ha sido muy bien acogido por el público.
Al otro lado del Océano Pacífico, en Phnom Penh (capital de Camboya), las Auto ridades del Suministro de Agua (PPWSA) afrontan un obstáculo diferente. Tuvieron que educar a los usuarios sobre la realidad de pagar por el agua pública. Cuando Ek Sonn Chan fue nombrado gerente general de PPWSA en 1993, algunas de las personas más ricas de la ciudad, incluidas algunas autoridades públicas, no entendieron por qué tenían que pagar por el agua. Tras años de abandono, el sistema de suministro de agua de la ciudad era un completo desastre, con numerosas conexiones no autorizadas. Por ello, PPWSA instaló contadores de agua después de renovar el sistema.
“Cuando se instala un contador de agua cambia la forma de pensar de los usuarios”, mencionado en un documental de TV pro ducido en colaboración con el Banco de De sarrollo Asiático (ADB). “Se mide el consu mo de agua y, por lo tanto, tienen que pagar”.
LLEVO TIEMPO Y ESFUERZO convencer a los clientes de esta realidad, pero actualmente PPWSA abastece a toda la ciudad y la red se está expandiendo a los distritos de los alrede dores.
Según ADB, el número de conexiones creció de 30.000 a casi 150.000, incluyendo 15.000 familias de comunidades pobres. Al mismo tiempo, se han reducido del 72% al 6% las pérdidas de agua derivadas de las fugas.
En países más ricos, las perdidas de agua pueden ser de un 20% o más. En el informe sobre el Ahorro Potencial de Agua de 2007, el Instituto Ecológico un grupo de expertos de EE.UU., argumenta que la reducción de las fugas en los sistemas de suministro, com binado con dispositivos de ahorro de agua y electrodomésticos más eficientes, permitiría un ahorro de hasta el 50% en la Unión Euro pea. Limitar la perdida de agua es una mane ra de aumentar su suministro. Para las zonas limítrofes con los océanos, la desalinización del agua de mar es otra opción.
“Actualmente, se están construyendo grandes plantas de desalinización por todo el mundo”, explica Malmqvist, de SIWI. “Por supuesto, si utilizan combustibles fósiles para su funcionamiento, habrá una reacción al au mentar las emisiones de dióxido de carbono”.
La utilización de energía solar y la pues ta en práctica de eficaces tecnologías de recuperación energética pueden ayudar a re solver este problema. Según la autoridad del agua australiana WaterSecure, en el sureste de Queensland, la planta desalinizadora de Tungun recupera el 97% de la energía pro cesada que queda concentrada en el agua de mar antes de revertir al océano.